retomaré la profesionalización, pero utilizando otra palabra "voluntad profesional" y en mi surgió esta pregunta ¿En los docentes existe voluntad profesional? Pregunta que dejo al aíre.
Partiendo así que el profesional para formar competencias primero que nada debe ser competente considerando que solo se es competente cuando se tiene voluntad, entonces ser un docente competente profesional con voluntad,
da como resultado "El conocimiento profesional para poder investigar-planificar, reorientar y reconstruir situaciones didácticas-educativas-prácticas encontrado la respuesta ecuánime para resolver incontinencias de la misma vida profesional con el único fin de transformar la comunidad educativa en que labora" y retomo un fragmento de J. Elliott (1991).
La competencia profesional se refiere al dominio de la aplicación del conocimiento profesional a situaciones particulares y prácticas de tal modo que solucione los problemas concretos de dicha situación. Es por tanto un dominio de habilidades, de saber conducirse en situaciones prácticas y reales. Es un conocimiento del "saber cómo". El conocimiento profesional se refiere al conjunto de saberes que conceptualizan y definen la naturaleza de la profesión. Es por tanto un dominio teórico, materializado en proposiciones que definen y conceptualizan la actividad profesional. Es un conocimiento del "saber qué".
Estableciendo de esta manera la fiabilidad de transformación de nuestros contextos, ya sea por un esfuerzo aislado, dejando claro que siempre serán mejores los esfuerzos conjuntos en ámbito educativo, de desarrollos curriculares, desarrollos organizativos, desarrollos profesionales entre más desarrollos.
Puesto existen voluntades, como lo son los docentes comprometidos, tal vez como ¿Tú? que tienen esa hambre de mejorar su labor en busca de despertar en sus pupilos la pasión por el "saber ser" con toda la complejidad que encierra está pequeña frase en su proceso de formación del alumno.
Y aunque exista la dicotomía e encrucijada de ser maestro o investigador, tal vez por el cumulo de trabajo, el poco tiempo, la poca voluntad, los pocos agentes entre otros problemas que generan el conflicto de dicotomía maestro – investigador "Por encima de todo el maestro investigador es un maestro. Ser investigador sólo se entiende, se justifica, se hace posible desde su "ser maestro" y su objetivo último es ayudar al maestro a ser mejor maestro…Ebbutt y Elliott (1985:176)".
Finalizado que sin duda y ni temor alguno que son necesarias las transformaciones puesto están existen a un ritmo acelerado pero sobre todo en la educación y si el docente no mantiene ese ritmo y se renueva profesionalmente el alumno no entrará al ritmo del mundo real y por lo tanto no será competente en el mundo real, por eso si se considera al docente como técnico instrumentalista que repite y reproduce conocimientos el cambio no existirá pero si se perfila al docente como un profesional reflexivo, autónomo, que piensa, toma decisiones, interpreta su realidad y crea situaciones nuevas a partir de problemas cotidianos y concretos con el propósito fundamental de mejorar su propia práctica
sin duda alguna se verá la luz del cambio educativo.
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